viernes, 8 de enero de 2010

Capitulo 3.

III. EL PROBLEMA DEL VALOR CUANTITATIVO
1. El primer paso
En toda sociedad, desde la más primitiva hasta la más avanzada, es esencial que el trabajo se aplique a la producción y que los productos sean distribuidos entre los miembros de la sociedad. El valor del cambio es un aspecto de las leyes que gobiernan la asignación de la actividad productiva en una sociedad productora de mercancías. Descubrir la naturaleza de estas leyes en términos cuantitativos es la tarea de la teoría del valor cuantitativo, y es en este sentido como la teoría del valor ha constituido el punto de partida tradicional de la moderna economía política.
Marx supone que existe una correspondencia exacta entre las proporciones del cambio y las proporciones del tiempo de trabajo, o sea, en otras palabras, que las mercancías cuya producción requiere un tiempo igual se cambian sobre la base de uno por uno. Tenemos que introducir dos calificaciones obvias. En la determinación del valor no debe tomarse en cuenta más trabajo que el “socialmente necesario”, es decir, necesario en las condiciones sociales existentes. “El tiempo de trabajo socialmente necesario es el que se requiere para producir un articulo en las condiciones normales de la producción y con el grado medio de habilidad e intensidad comunes en un momento dado”. En segundo lugar, el trabajo mas calificado que el trabajo medio –o simple- debe tener, correlativamente, una mayor capacidad de producir valor. La relación entre los dos tipos de trabajo es teóricamente susceptible de medición independiente de los valores de mercado de sus productos.
En la practica, las diferencias en pericia pueden ser el resultado de una combinación de diferencias de habilidad y diferencias de entrenamiento. La influencia ejercida por la habilidad y el entrenamiento solo se hace sentir lentamente y de modo imperfecto, y con frecuencia en formas no evidentes. Por esta razón Marx hizo notar que “las diferentes proporciones en que diferentes clases de trabajo se reducen a trabajo no calificado como su norma, son establecidas por un proceso que tiene lugar a espaldas de los productores y, en consecuencia, parecen ser fijadas por la costumbre”.
El papel de la competencia.
Del ejemplo del ciervo y del castor de Adam Smith se deduce que: los cazadores deben tener el deseo y la posibilidad de competir libremente por cualesquiera ventajas que puedan presentarse en el curso del cambio, transfiriendo su trabajo de una línea de producción a otra. Dada esta clase de competencia en una sociedad de producción simple de mercancías, la oferta y la demanda estarán equilibradas sólo cuando el precio de cada mercancía sea proporcional al tiempo de trabajo requerido para producirla.
La relación de demanda y oferta esta explicada en el volumen III del Capital, otros autores como Oskar Lange lo definen como un “mecanismo equilibrador”, Marx sigue su línea de explicación en Valor, precio y ganancia así: “En el momento en que oferta y demanda se equilibran mutuamente, y, por lo mismo, cesan de actuar, el precio de mercado de una mercancía coincide con su valor real.”
El papel de la demanda
Si se desea conocer tanto la proporción del cambio como la distribución del trabajo, es necesario contar con dos clases de información: en primer lugar, la información sobre el costo relativo en trabajo, del castor y el ciervo; y en segundo lugar, la información sobre la intensidad relativa de la demanda de uno y de otro. Con esta información se puede determinar lo que puede llamarse el equilibrio económico general de la sociedad en cuestión. Es un “equilibrio” por que define el estado de las cosas que, si no ocurre ningún cambio en las condiciones básicas, persistirá; y es “general” por que no solo se establece el valor relativo del castor y del ciervo, sino que también se establecen las cantidades de castor y de ciervo producidas y la distribución de la fuerza de trabajo en la sociedad.
En la medida que se acepta la proposición de que la demanda del mercado está dominada por la distribución del ingreso, parecería que no podemos escapar del todo a la conclusión de que los problemas del valor deben ser abordados por la vía de las relaciones de producción, más bien por la vía de las valuaciones subjetivas de los consumidores.
En el anterior capitulo hemos visto que la teoría del valor esta hecha para tomar plenamente en consideración las relaciones productivas peculiares a la producción simple de mercancías. En el capitulo siguiente se explica cómo la teoría de la plusvalía sostiene este criterio en el caso del capitalismo, que es una forma avanzada de producción de mercancías.
Los economistas ortodoxos, aunque en su mayoría abordan el problema del valor por la vía de una teoría de la opción de los consumidores, se han visto generalmente obligados en la práctica a reconocer la primacía de la producción y de la distribución del ingreso, siempre que tocan las cuestiones de la evolución económica. Schumpeter es uno de ellos, quien observa que aun los cambios espontáneos en los gustos de los consumidores no tendrán probablemente importancia, a menos de que ocasionen transferencias en el ingreso real. Lo que a Schumpeter realmente le interesa son los ciclos económicos y las tendencias de desarrollo del sistema capitalista, para él la teoría de la opción de los consumidores es poco o nada pertinente.
Otros analistas del ciclo económico son los keynesianos. La demanda juega un papel muy importante en su análisis, pero lo que tienen que decir de ella está dominado por la distribución del ingreso, esto es, por las relaciones de producción existentes.
“Ley del valor” vs. “Principio de planeación”
Lo que Marx llamaba “la ley del valor” resume las fuerzas actuantes en una sociedad productora de mercancías, que regula:
a) Las proporciones del cambio de mercancías,
b) La cantidad producida de cada una y,
c) La asignación de la fuerza de trabajo a las diferentes ramas de la producción.
La condición básica para la existencia de una ley del valor es una sociedad de productores privados que satisfagan las necesidades por el cambio entre ellos. La ley del valor es esencialmente una teoría de equilibrio general desarrollada en primer término con referencia a la producción simple de mercancías y adaptada después al capitalismo. La función de la ley del valor consiste en explicar cómo sucede esto y cual es el resultado.
El valor y el precio de producción
El precio según la expresión de Marx en el capital, es la expresión monetaria del valor. Los precios de producción se derivan de los valores de acuerdo con ciertas reglas generales; las desviaciones no son arbitrarias ni carecen de explicación, la teoría del precio de producción contradice a la teoría del valor, es, por lo tanto, todo lo contrario de la verdad.
Precio de monopolio
La introducción de elementos de monopolio en la economía, dificulta el funcionamiento de la ley del valor como reguladora de las relaciones cuantitativas de producción y de cambio. El control de la oferta por el monopolista le permite aprovecharse de las condiciones de la demanda. Las relaciones de valor cuantitativo son perturbadas por el monopolio; las relaciones de valor cuantitativo son perturbadas por el monopolio; las relaciones de valor cualitativo, no. La existencia del monopolio en sí misma no altera las relaciones sociales básicas de la producción de mercancías: la organización de la producción a través del cambio privado de los productos individuales del trabajo. Esto quiere decir que aun bajo condiciones de monopolio podemos seguir midiendo y comparando mercancías y conjuntos de mercancías en términos de unidades del tiempo de trabajo, a pesar del hecho de que las relaciones cuantitativas precisas implicadas en la ley del valor han dejado de ser válidas.

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